19 marzo 2017

De cómo reinventarse.

Es genial...

Muchas veces, cuando me venía la inspiración y me ponía a llenar la cabeza con cosas de esas que luego publico en el blog, escribía notas en el móvil que luego pasaba a un documento de Word que podía, o no, acabar desarrollando para elaborar algo potable de cara a ser leído.
Pues bien, cambié de móvil y decidí eliminar todo lo que tenía guardado en el anterior porque, "total, no lo pensaba volver a utilizar salvo caso de fuerza mayor y las fotos, notas y demás lo único que hacían era ocupar espacio". Craso error.

He perdido el texto del que más orgulloso estaba y no tengo manera de recuperarlo. Era un texto que más o menos reflejaba, en cierta manera, mi propio ser. Y me jode, me jode muchísimo, porque si intento volver a escribirlo no va a salir ni mucho menos nada parecido a lo que en ese entonces supe crear con palabras a la perfección. Y digo crear porque ese texto, para mí, era algo de lo que vanagloriarse. O igual no, pero era un proyecto de algo grande.

Cosas de la vida. Venía muy ilusionado a publicar algo interesante tomando como base ese texto (y, quién sabe, igual alguna cosa más), y ha sido tal jarro de agua fría que ahora mismo lo único que me apetece es mandar a tomar por culo mis ganas de escribir cualquier cosa. No obstante, usando como referencia mi enfado hacia el mismísimo cosmos por ponerme trabas en según que ocasiones, he podido focalizarlo hacia otra idea que me lleva rondando la cabeza bastante tiempo y que, poco a poco y más tarde que pronto, se acabará dando a conocer.

Os dejo, no sin antes esperar que tengáis noticias mías pronto.