No hay nada en la habitación 217. No hay nada que te interesé allí dentro. Mantente lejos, ¿me entiendes? No entres.
Y si no queda nada, ¿qué? Miro al espejo y no devuelve reflejo. Las ganas han desaparecido y las razones se limitan exponencialmente cada día. Ya no queda nada. Ya no quiero nada.