17 abril 2014

Mis primeros pasos o cómo un lunático llegó a escribir un blog.

Bien, un blog. Estos últimos días la gente me ha dicho que por qué no me hago un blog, que tengo muchas cosas que contar, cosas fascinantes, cosas interesantes, cosas en general.

Y aquí estoy, escribiendo las primeras líneas de lo que bien podría ser el blog de mi vida, algo que, por un lado, no me importaría para nada (siempre he sido de esos a los que les gusta escribir, mucho más que hablar), y que por otro no me termina de hacer especial gracia. Si, voy a escribir cosas, unos días sobre mi, otros días sobre otros y otros días sobre cosas que no tienen nada que ver con nada de lo anteriormente nombrado; pero tampoco quiero exponer más de lo que en principio pretendo, y eso no es fácil cumplirlo.

Antes que nada, el blog se llama Room 217 por esa famosa habitación del Hotel Overlook, conocido para muchos, nuevo para otros tantos. Por desgracia para mí, no he leído todo lo que me gustaría de Stephen King, y El Resplandor está entre esas obras que tengo grandes ganas de comenzar, pero, en este caso, solo he visto la película dirigida por el señor Kubrick (que me consta que no fue para nada del agrado de King), y me atrajo tanto que por eso he decidido llamar así al blog. Hay otra razón, y es que, en teoría, la habitación 217 debería permanecer cerrada pase lo que pase (ya se lo dice Dick a Danny cuando éste descubre que el niño tiene el resplandor) porque lo que hay dentro puede ser peligroso, peligroso porque es lo desconocido. Eso mismo me gustaría que significase lo que aquí escribo, entre otras cosas; que como es desconocido para vosotros, los lectores, tengáis esa dosis de emoción y de cuidado a la vez. No siempre voy a escribir cosas que gusten, es más, voy a escribir como manera de desahogarme y como forma de liberar algunas de las cosas que, en determinados momentos, puedan estar encerradas en cubículos dentro de mi cabeza esperando salir.

Poco más; no tengo experiencia en escribir para que la gente lea, con lo cual, y de momento, voy a dejarlo aquí, esperando uno de esos momentos de lucidez para ponerme a teclear ideas a priori inconexas que salgan de mi cabeza para luego ordenarlas y hacer de esto una afición entretenida, que no me hastíe.

Para empezar con algo de incertidumbre, no voy a repasar lo que he escrito en esta entrada y, cuando publique la siguiente, haré un repaso para ver qué tal ha quedado.

Con esto me despido, esperando que el leer lo que voy escribiendo pueda ayudarme a hacerme una idea de lo que he sido, lo que soy y lo que quiero ser.

PD. Al principio esto va a ser un poco caótico en cuanto a diseño, os lo voy avisando. Con el tiempo me pondré a dejarlo bonito y confortable. Una habitación tiene que serlo, y más si es la 217.

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