14 julio 2014

Libre albedrío.

Bien es verdad y por todos es sabido la necesidad de las personas por encontrar afecto en el prójimo, por una razón o por otra, o, incluso, por varias razones a la vez.

Lo que no te enseña nadie, salvo la vida y las propias experiencias, es que no siempre vas a encontrar el afecto que quieres en las personas que más te gustaría. En la mayoría de los casos, la reciprocidad del afecto es nula. No obstante, como buenos seres humanos que somos, seguimos intentando, por todos los medios, que ese afecto prospere, florezca y se convierta en algo más, sin pensar en las consecuncias a medio-largo plazo de nuestras decisiones.
No miento cuando digo que intentar forzar una situación para que sea todo lo idílica que queremos sin darse las casualidades, unas determinadas condiciones o llámalo equis al final acaba en desastre.
Ni con esas, la mayoría de veces, somos capaces de reaccionar a tiempo y volvemos a caer.

Crear un vínculo no debería llamarse crear, porque crear implíca una acción directa de alguien para que eso pase, y, en el 99,9% de las situaciones, los vínculos aparecen de manera espontánea. Pero volvemos a dejar patente que somos seres humanos.

Lo peor de todo esto es que, al final, el vínculo que "creas" tiene fugas por todos lados y no se sostiene por sí mismo, forzando situaciones y creando tensiones dignas de cualquier drama de la gran pantalla. Pero las películas se acaban mientras que las huellas y las heridas que dejan estas experiencias se van a quedar ahí. Y aunque creas haberlas olvidado con el paso de los años lo único que has hecho ha sido enterrarlas, y cuando llueva, será su oportunidad de ir apareciendo poco a poco.

Luego existe otro problema, que es la interpretación de cada uno de las señales para cada situación, pero eso es un tema que da para una entrada nueva, y el cual no voy a abordar hoy, aunque me encantaría.

...

Veréis que no escribo mucho, más que nada porque me gusta escribir cuando quiero contar algo, no escribir por escribir, que esto no es twitter. No obstante, últimamente tengo muchas ganas de plasmar cosas aquí, en plan diario, y aunque nadie lea esto (más que nada porque no he dado la dirección a ninguna persona) siento que, de un modo u otro, puedo desahogarme. Mi principal problema es que me cuesta decir las cosas y exponerlas en un cara a cara, incluso con la gente más cercana a mí, pero, como escribir no se me da mal y creo que me expreso mejor, aunque crípticamente, tengo esta vía de escape para situaciones así.

Hoy es el día que, por primera vez desde que me puse a escribir aquí, voy a hacer público el blog, cosa a la cual, por un lado, soy reacio a hacer, y por otro me apetece, para saber lo que la gente opina de lo que ronda mi cabeza.

Sin más, otro día pasa.

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